Mike Horn encontró los regalos de Navidad más bellos en el Ártico

Mike Horn ha sido un atleta extremo reconocido desde 1994. Pero realmente, le gustaron las aventuras extremas desde los 8 años de edad, ya entonces era capaz de pedalear 300 kilómetros en bicicleta para llegar a casa de su tío. Mike Horn es un explorador, un gran deportista y diplomado en ciencias del movimiento humano.

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En septiembre del 2019, Mike se fue de excursión por la nieve con su amigo noruego Borge Ousland. Los dos hombres se quedaron en el hielo y podría, estarían lejos de sus familias en Navidad. Sin embargo, encontraron el regalo de Navidad más hermoso en la nieve.

Aventura en el Ártico

Mike Horn y Ousland se fueron a dar un paseo en bote y esquís para explorar la Antártida en septiembre del 2019. Los dos hombres vivieron en la nieve y tomaron medidas para sobrevivir en condiciones extremas en esta parte de la tierra en la que, como todos sabemos, ¡hace mucho frío!

Durante varios meses, Mike Horn y su compañero de equipo exploraron la Antártida para ver si aún podían encontrar osos polares y otra fauna amenazada. Llevaron consigo medios tecnológicos. Además, los dos estaban en muy buenas condiciones físicas para la aventura.

Después de unos meses de vivir en estas condiciones extremas, la naturaleza empezó a hacerse dura, los dos hombres estaban muy débiles. Por suerte, encontraron un bote rompehielos y terminaron refugiándose allí. Las familias de Mike y de Ousland estaban muy preocupadas por los dos, a pesar de que todos sabían que los aventureros estaban muy motivados.

Le llegó el mejor regalo después de 100 días de espera.

El 24 de diciembre de 2019, Mike Horn hizo un anuncio en las redes sociales, donde publicó una foto muy bonita y escribió que se habían cumplido 100 días desde que comenzaron la búsqueda de un oso polar. Después de todo ese tiempo de espera y después de sobrevivir a lo peor, fueron recompensados. En efecto, Mike y Ousland encontraron a su primer oso polar y a dos cachorros. Este fue el mejor regalo de Navidad para los dos aventureros. Aunque estaban un poco tristes por pasar la Navidad lejos de sus familias, estaban felices por haber podido ver osos polares con sus propios ojos. Para nosotros este encuentro es parte del libro de pequeñas victorias de la naturaleza en los estragos del cambio climático. Ojalá la población de osos polares pueda aumentar aún más en los próximos años.

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